Hace apenas tres semanas que el barranquillero Gilmar Bolívar arribó a la ciudad ucraniana de Leópolis para cristalizar su sueño de ser futbolista profesional y unirse a las filas del Karpaty Halych.

Sin embargo, los estallidos de las primeras bombas en Kiev le han dinamitado su deseo de estar allá.

Gilmar ha perseguido toda su vida el sueño de ser un gran jugador profesional. Se entrenó en las divisiones inferiores del Atlético Nacional y cuando su representante llegó con la propuesta de irse a jugar a la liga ucraniana no lo dudó.

Pero antes de embarcarse, mucha gente le advirtió la situación política que se estaba armando alrededor del país.

"Me advirtieron claramente de que la situación estaba presente y que lo que está sucediendo al día de hoy podía pasar. Asumí la responsabilidad y tomé el riesgo", dijo en entrevista a la emisora Blu Radio. “Yo soy muy apasionado por lo que hago y vivo del fútbol", agregó.

Sin embargó las detonaciones sentidas a la distancia, en la capital Kiev, a 539.6 kilómetros, le hicieron romper la tensa calma que tenía encima.

“Bastante preocupado, la verdad. Tengo tres semanas acá. Estoy viendo que la gente empezó a salir, por lo menos en la ciudad en la que estoy. El ataque fue en Kiev, pero se escucha que va a correr rápido”, manifestó con preocupación.

Además, Gilmar está completamente solo en Ucrania. En este momento no tiene nadie que lo acompañe si se llegase a presentar una emergencia.  

“Estoy en Leópolis, en el apartamento que me brindó el equipo. Tembló, sentí que tembló hace media hora, tembló mi cama, el piso, estoy nervioso. Vivo solo, siempre he estado solo, primeramente, con Dios, pero este camino me ha tocado solo", advirtió.

El Karpaty Halych ya tomó medidas para sus jugadores. Les ordenó no salir de sus casas, mientras que suspendió todas sus actividades.

Es más, el mismo Bolívar se ha comunicado con su representante para buscar las alternativas para irse del país y regresar a Colombia.

“Ya cancelaron todos los entrenos, tomaron todas las medidas de prevención, estar en casa, pero yo quiero irme a mi casa, estoy buscando la manera de salir. Lo estoy hablando con mi empresario, con mi familia, porque es lo mejor, lo más conveniente en estos momentos”, indicó.

Mientras Rusia sigue avanzando con su ofensiva y sigue atacando varias ciudades ucranianas, Gilmar siente los pasos de los ejércitos rusos.  

“En este momento es difícil sentir tranquilidad por la guerra, es difícil que algo lo calme a uno en este momento”, cerró.